La gestión ambiental para un desarrollo sostenible adquiere una importancia crucial en el escenario mundial actual para hacer frente a los grandes problemas medioambientales que afectan a todo el planeta, como son el agotamiento de recursos naturales, el calentamiento global, la contaminación o la pérdida de biodiversidad. Ante estas problemáticas, la sociedad debe adoptar un enfoque coherente y holístico que integre junto con los aspectos ambientales, los económicos y sociales. En este contexto, una metodología útil que facilita este necesario desarrollo sostenible es el Análisis del Ciclo de Vida (ACV), cuya finalidad es analizar de forma objetiva, metódica, sistemática y científica, los diferentes impactos ambientales potenciales, asociados a cada una de las etapas del ciclo de vida completo de un producto, lo que se denomina “de la cuna a la tumba”. Esta herramienta práctica de gestión ambiental, requiere apoyo informático para facilitar el manejo de datos y análisis de resultados.
Los primeros estudios de ACV se remontan a los años 60, desarrollándose casi simultáneamente, en Estados Unidos y Europa. Dichos análisis se centraban en el cálculo del consumo energético necesario para la producción de sustancias químicas intermedias y finales. Posteriormente, a partir de la crisis del petróleo de los años setenta, se llevaron a cabo gran número de estudios más detallados, sobre la gestión óptima de los recursos energéticos. Dado que para estos estudios había que tener en cuenta los balances de materia del proceso, fue necesario incluir en ellos el consumo de materias primas y la generación de residuos.
En 1993, en el ámbito de la International Standards Organization (ISO) se creó el Comité Técnico 207 (ISO/TC 207) con el objetivo de desarrollar normativas internacionales para la gestión medioambiental. Dentro de este último, el Subcomité SC 5 desarrolla la normalización referente al Análisis del Ciclo de Vida. Actualmente, la norma UNE-EN ISO 14040: 2006. Gestión ambiental. Análisis de Ciclo de Vida. Principios y marco de referencia, recoge las diferentes etapas de desarrollo de esta metodología.
Estas etapas fundamentalmente, pasan por una definición de los límites del sistema objeto de estudio y de la unidad funcional que servirá de base de referencia para la comparación entre sistemas y para cuantificar las entradas y salidas funcionales del sistema. Posteriormente, una vez realizada la compilación de datos y los procedimientos de cálculo para cuantificar las entradas y salidas relevantes del sistema, tomando como referencia la unidad funcional, se realizan la evaluación de los impactos ambientales potenciales asociados con las mismas y la interpretación de los resultados del inventario y de las etapas de evaluación del impacto en relación con los objetivos del estudio.
En la siguiente figura, aparece la descripción del marco de referencia y las fases que se contemplan para realizar un estudio de ACV.